Con la evolución y constante desarrollo de Internet, la industria publicitaria por fin ha encontrado un medio más democrático que la antigua publicidad convencional. ¿Por qué decimos que es más democrático?
Hace unos años la publicidad en distintos medios como podían ser televisión, prensa y radio (aunque este último podríamos descartarlo) requería unos costes altos, tanto de producción como de compra de espacios o soportes. La realización de una pieza audiovisual y su posterior emisión, solo era una estrategia que podían cubrir grandes marcas y empresas. Esta opción ni mucho menos era planteable a una PYME, pero llegó Internet y con ello el descenso de la inversión para hacer publicidad.
El coste de la producción audiovisual en Internet sigue dependiendo de la creatividad y de la dificultad que se establezca para realizar la pieza de vídeo, pero el inmenso coste que conlleva la compra de soportes es infinitamente inferior a lo que encontramos en la televisión.
El vídeo online se ha situado en una pieza fundamental en las estrategias de marketing digital, y lo estamos viendo en mercados mucho más competitivos y maduros como el norteamericano. Un dato relevante nos indica que la inversión en videomarketing en año pasado en EEUU superó los 7000 millones de dólares.
Hay diversos tipos de vídeo que una empresa puede optar por realizar, siempre dependiendo de los objetivos que quiera alcanzar. La consolidación y fortalecimiento de una marca nos lleva a desarrollar una estrategia de branding donde el video corporativo tiene un peso importante, ya que este tipo de audiovisual suele ser confeccionado bajo una base argumental de valores tanto tangibles como intangibles que ayudan a facilitar la percepción que tiene nuestro público objetivo al respecto de nuestra empresa o negocio.
Cuando queremos utilizar el videomarketing para objetivo más cuantificables como ventas, conversiones o cualquier tipo de lead, incluiremos esta estrategia en nuestros marketing digital.