Andrea Milano es un proyecto que nació con la visión de ofrecer una amplia gama de opciones para vestir a los pequeños de la casa, pero no se trata simplemente de cubrir la necesidad de vestimenta, sino de que padres e hijos se sintieran a gusto es sus tiendas. Los niños estuvieran atraídos por los diseños y los adultos por la calidad con precios asequibles.
Es una marca que se está extendiendo muy rápido porque han sabido unir los elementos necesarios para ofrecer artículos que convencen a todo tipo de público. Venden ropa, también calzado y accesorios, para que puedan combinar el atuendo completo para eventos especiales o simplemente para el día a día.
El surtido de las tiendas es en base a colecciones, esto garantiza que siempre estén a la moda, y que cada vez que surja la necesidad de comprar algo, se podrán encontrar modelos diferentes. Tienen tallas para bebés, niños y jovencitos. Cada colección es ideada para ellos, para su comodidad y buen desenvolvimiento sin dejar de ser atractivos.
Y no solo se trata de lo que venden, sino también de cómo lo venden. Tomaron el modelo de negocio de franquicias, es decir, que todo se cumple de acuerdo a procedimientos estandarizados, por lo tanto, la misma calidad, buena atención, aspecto, serán disfrutados indistintamente de la tienda en la que se entre, en todas las localidades en donde tienen presencia y en las nuevas sedes que se inauguren, la semejanza estará garantizada.
Para los inversionistas es un negocio muy atractivo, porque estas franquicias de moda infantil lo tienen todo, un excelente producto, una intachable imagen, exclusividad en una zona determinada (hasta en esto pensaron), precios accesibles a la mayor parte de la población con lo cual atraen gran cantidad de clientes, y algo muy característico de este modelo es la formación y el acompañamiento.
El proyecto de Andrea Milano consideró todos los aspectos, en donde franquiciados y clientes resultan beneficiados, siendo los principales complacidos los niños, quienes encuentran en estas tiendas, piezas de vestir con las que se identifican y pueden escoger sin riesgo de que sus padres rechacen sus elecciones, en virtud de que todos los trajes son apropiados para la etapa infantil.
