A pesar de que el currículum vitae es una de las herramientas más importantes a la hora de determinar si un candidato es apto para un puesto, cuando existen procesos de contratación de perfiles capacitados entran en juego muchos otros factores. Las empresas de selección de personal tienen muy claro que, a la hora de valorar a un candidato, hay que poner en práctica toda una serie de técnicas para asegurarse que el empleo finalmente es concedido al candidato más capacitado. Y es que, en este tipo de procesos, es lógico que la competencia entre los candidatos sea mayor y que el conjunto de factores que determine la toma de decisiones sea más amplio. Por esta razón, se establecen una serie de metodologías para poder tener en cuenta las aptitudes de quienes optan a un puesto.
En primer lugar, la empresa de selección de personal tiene que tener claro, no solamente cuáles son los requerimientos de su cliente para el puesto que se oferta, sino también la misma filosofía y forma de trabajar de la empresa. Es imposible ofrecer un buen candidato si no se tienen en cuenta las características del solicitante; y, por descontado, es necesario conocer al detalle el tipo de perfil que se requiere, así como las competencias necesarias para el puesto. De esta manera, es mucho más sencillo pasar a evaluar los perfiles de los candidatos y a descartar aquellos que no cumplen con los requisitos necesarios.
Una vez se ha puesto en marcha el proceso de difusión de la oferta de empleo, sea cual sea el canal empleado para ello, será necesario disponer de los curriculums de los candidatos; esta será la primera toma de contacto, perfecta para realizar una criba inicial que deje fuera todos aquellos perfiles que no encajan en el puesto. A partir de aquí, el siguiente paso a dar será la comunicación vía telefónica/skype, un segundo filtro esencial para realizar nuevos descartes y, también, para fijar entrevistas con aquellas personas que parezcan tener un perfil que se adecue.
La entrevista personal es, sin duda, el paso de la metodología más importante para dar con el mejor candidato. En esta parte del proceso se conoce a la persona y se obtiene una primera impresión: de esta manera logramos una carta de presentación en vivo y en directo, se contrasta la información previamente dada y se obtienen nuevos datos adicionales que puedan ampliar o matizar la información ya aportada. Observar al candidato en estas circunstancias nos dará datos de gran valor de cara a la evaluación posterior: existen determinados valores que se extraen de este encuentro y que no se pueden incluir en el curriculum vitae. Aun así, estos pueden suponer la pieza clave que determine una elección u otra.
Los últimos pasos de la metodología suelen incluir el análisis exhaustivo de la información suministrada, así como la realización de un informe que funcione a modo de compendio de toda ella. De esta manera, con la información ordenada y sobre el papel, será más fácil valorar qué perfiles se adecuan más a los intereses de nuestro cliente, dando paso a una nueva ronda de entrevistas de la cual se decidirá el candidato final. Además, una vez se elija a la persona que pasará a formar parte de la empresa, es muy importante realizar un seguimiento del candidato recientemente incorporado; de esta manera, las empresas de selección de personal se aseguran que todo está en orden y no hay ningún tipo de problemática con el nuevo trabajador.