Cuando realizamos una reforma o queremos hacer cambios en la instalación eléctrica de nuestra vivienda u oficina, debemos recurrir a un instalador electricista autorizado. Los instaladores electricistas autorizados son los únicos con la potestad de validar y certificar la seguridad y buen funcionamiento de una instalación de este tipo.
Para ser un profesional o empresa instaladora autorizada, se deben cumplir con los requisitos y modos de trabajo que marca el REBT, la biblia del electricista.
El REBT como directriz:
El manejo e interpretación del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT), dictamina el desarrollo, planteamiento, ejecución, calidad y seguridad de las instalaciones eléctricas.
Primero de todo, para cumplir los requisitos de autorización, el autónomo o titular de la empresa instaladora, debe contar con los conocimientos y titulaciones necesarias: Certificado de profesionalidad, o Ciclos Formativos de primer o segundo grado.
Además también se debe cumplir con otros puntos como son:
- Alta en Obligaciones Tributarias.
- Alta en Seguridad Social.
- Seguro de Responsabilidad Civil.
- Declaración Responsable.
- Obligación de contar con los Medios Técnicos necesarios para realizar instalaciones. Entre ellos: Detector de tensión, medidor de aislamiento, multímetro, pinza detectora de fugas, luxómetro, etc…
En una de sus recientes actualizaciones, el REBT marca que el instalador debe entregar al titular de la instalación una documentación donde se especifiquen las características fundamentales, instrucciones, precauciones de uso y el trazado de la propia instalación.
Además del propio reglamento, existen hasta 52 ITC (Instrucciones Técnicas Complementarias), que si bien no son de obligado cumplimiento, dictaminan el método de trabajo y las condiciones de seguridad que hay que seguir en una instalación de este tipo.
Estas condiciones o requisitos exigidos a los trabajadores del sector eléctrico NO siempre se cumplen, y en muchas ocasiones vemos como profesionales no cualificados realizan trabajos de esta índole, con el consiguiente riesgo y perjuicios que puede contraer para el usuario. Generalmente estos profesionales que actúan fuera de la ley ofrecen precios más económicos, que hacen que los propios clientes los elijan. Por eso siempre recomendamos exigir a los profesionales que contratemos, el certificado de empresa instaladora autorizada y que cumplan con el REBT, y es que en muchas ocasiones lo “barato sale caro”.