Un material de mil propiedades

¿Alguna vez te has preguntado de dónde sale el corcho de las botellas de champán que descorchamos en nuestras celebraciones? ¿No se te ha ocurrido pensar que quizá se fabrique al lado de tu casa? Algunos se sorprenden al saber que la mayor parte del corcho que se produce y se procesa en el mundo tiene origen ibérico. De hecho, es más del 90%, aunque en este caso la mayor parte viene de Portugal, que produce nada más y nada menos que un 60% del total mundial. En España nos tenemos que conformar con un 30%, lo cual tampoco está nada mal, mientras que nuestros vecinos italianos se quedan a distancia con un 6% que no obstante también es una cifra considerable si comparamos con el total mundial.

Lo cierto es que envases y buenos caldos necesitados de buen corcho se producen prácticamente en todo el mundo, pero es curioso comprobar que la mayoría de la materia prima de casi todos los tapones tiene un origen tan localizado. Aunque en realidad si nos paramos un poco a pensarlo, tiene toda la lógica del mundo. El corcho procede del tronco de los alcornoques, que son árboles típicamente mediterráneos y que crecen en gran abundancia en las sierras de Portugal, Andalucía, Extremadura y parte de Castilla, y de ahí esas grandes cifras de producción.

Si quieres ver un ejemplo de empresa española dedicada a la fabricación de tapones de corcho para todo el mundo, visita el siguiente enlace y entérate de todo en la página web corporativa de la empresa Gruart La Mancha, ubicada en Valdepeñas, comarca productora de vinos donde las haya.

gruart

Puede parecer una minucia, pero a la hora de envasar algo tan preciado como un buen vino cualquier detalle por mínimo que parezca puede acabar afectando a la calidad del producto final. El corcho por supuesto es uno de ellos, y no precisamente un asunto menor. Lo bueno del corcho es que garantiza la impermeabilidad y las condiciones de humedad para que los vinos se puedan conservar en condiciones inmejorables durante años y años. Además es un material flexible que se puede adaptar a distintos grosores con facilidad, y por su bajo contenido en agua está “vacunado” de antemano contra la proliferación de microorganismos, que no pueden crecer con condiciones tan escasas de humedad.

Además el corcho es un material orgánico que se produce desde hace siglos de forma artesanal sin apenas generar impacto en nuestro entorno, a diferencia de los tapones plásticos, para cuya producción se emplean grandes cantidades de combustibles fósiles, que a la larga hacen que su bajo precio actual nos pueda acabar costando caro. Por eso, ten todo esto en cuenta cada vez que descorches una botella..

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