Los dolores de espalda y la manera en la que nos sentamos

A muchos se les llena la boca diciendo que las mujeres que trabajamos en casa, las que nos dedicamos a la casa y a los niños no tenemos un verdadero trabajo, estas personas tan machistas está claro que no se dedican ni a su casa ni a sus hijos, porque de hacerlo no dirían esa barbaridad.

Las mujeres que nos dedicamos a nuestras labores, que no son nuestras sino de todos los que viven en la casa, nostras llevamos la mayor carga sobre los hombros, no en vano muchas de las mujeres que se dedican a las tareas de la casa tienen problemas de espalda como lumbalgias, ciáticas y hernias discales en los peores casos. Muchos no entienden que poner la lavadora con la previa selección de la ropa, hacer las camas, levantar los colchones para el cambio de sabanas, sacudir las alfombras, limpiar los cristales independientemente del tamaño de estos y cientos de cosas más que hacemos en casa nos deja la espalda destrozada.

Muchas acudimos a un fisioterapeuta para que nos coloque un poco los músculos que descolocamos en un mes de trabajo en el hogar. Otra solución muy practica y que alivia mucho los dolores lumbares es tener una buena silla en la que sentarnos. Para poder tener la espalda en la posición correcta lo mejor es hacerse con una silla de escritorio, una buena silla que nos ponga la espalda recta y en la que nos sintamos cómodas. Yo encontré la solución en mercamaterial.es, allí encontré una silla que cubría de sobra todas mis expectativas y que además estaba a un precio inmejorable.

Desde que tengo la silla, todas las noches, cuando termino las tareas de las cenas, los baños y acuesto a los niños, me siento a descansar en la silla nueva y debo de reconocer que he notado una gran mejoría, lo acompaño con la manta eléctrica para recibir calor seco en la zona localizada de la espalda en la que me reside el dolor y la verdad es que es mano de santo. Ojala y la hubiera comprado antes. Ahora la uso mucho más, no solo por la noche, después de comer, me tomo el café sentada en mi silla, porque me lo merezco, porque yo lo valgo. La silla me ha cambiado la vida, mis dolores son menos y estoy muy contenta con la compra.

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